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Ayer recibí un mensaje de Berta pidiéndome un favor, si podía contribuir con mi experiencia en su web. Debo deciros, que hubiera dado igual lo que me hubiera pedido, ya que ella está haciendo tanto y tanto por mí, que todo lo que pueda hacer yo por ella es poco. Mirad, ya se me caen las lágrimas. No lágrimas de alegría o tristeza, sino lágrimas por recordar quién era y cómo se sentía mi yo de antes, y como se siente mi yo de ahora. Mi camino aún no ha acabado, aún me que quedan muchas baldosas amarillas por recorrer hasta llegar a mi mejor YO. Pero mi Yo de ahora, ya no sufre de ataques de ansiedad por una mirada mal interpretada, mi YO de ahora racionaliza mucho más todo lo que hay a su alrededor y eso me comporta más resolución, satisfacción y sobretodo un grado de tranquilidad que nunca creí por volver a alcanzar. Pero dejadme poneros en un “semi contexto”, ya que hay cosas que me las guardaré para Berta y para mí. En junio de 2020 mis dos mejores amigas, puestas al corriente de todas mis angustias, meteduras de pata, y las pocas ganas que tenia de despertarme por las mañanas, se pusieron manos a la obra, y el día de mi cumpleaños me regalaron un mensaje: VALE POR UNA SESIÓN CON BERTA. Aún me recuerdo en esa primera sesión, os aseguro que no tenía ni una palabra amable para mi persona. Frases como: mala esposa, mala ama de casa, sin trabajo, consumiendo el paro sin hacer nada, me bebo hasta el agua de los floreros, no soy capaz de realizar ninguna acción a derechas, me equivoco en todas mis decisiones, etc. Como os podréis imaginar, estas frases y mil más, no me dejaban vivir. Yo acabé siendo mi propio enemigo. ¿Y cómo te deshaces de ti mismo?, fácil, NO PUEDES. Ahora te diré lo que sí que puedes hacer, o al menos te diré lo que yo hice. Me armé de todo el valor que conseguí reunir en ese momento y acepté ese regalo. Os aseguro que en mi vida había tenido tanto miedo a ser juzgada, a que me dijeran que realmente no tenía solución ninguna y que poca cosa se podía hacer conmigo y mi situación. Cómo llego admirar a mi yo de antes, no la echo de menos, pero fue lo suficientemente valiente para encender el ordenador, mirar a otra mujer a la cara y desnudar su alma sin saber lo que le iba a retornar esa acción. Pues querido lector, gracias a mis amigas, a mi yo de antes y a Berta, hoy puedo decir, que no estaba rota, estaba descosida, sigo descosida, pero que lo remendado está tan bien hilado, tan minuciosamente bien punteado, que mis lágrimas ahora son de puro agradecimiento. Ya que antes, cuando tenía un mal día, que eran la gran mayoría ,mi propia mente, mi corazón y mi alma, me decían que todo lo que pasaba a mi alrededor era por mi culpa y no por unos motivos concretos, solo que era culpa mía. Al yo explicarle a Berta, sesión tras sesión todas estas cosas que me pasaban, empezó a racionalizarme mis propios sentimientos, los cuales solían ser un caos. Me exponía mis mismas situaciones de otra manera, y poco a poco y a veces hasta sin darme cuenta fui sonriendo, fui cambiando algunas formas de hacer las cosas, de cómo pensar en llevar a cabo nuevas metas, por muy pequeñas que les resultaran a otras personas, para mi eran avances muy importantes en mi vida. Mi familia ha notado el cambio, mi felicidad que va creciendo cada día, porque cada día que pasa en el que me entiendo mejor, también entiendo mejor todo lo que sucede a mi alrededor y eso hace que no me lo lleve a lo personal, ya que eso me hace sufrir la mayoría de las veces sin necesidad, ya que no va conmigo. Después de todo este tiempo hay una frase que tengo ya integrada en mi día a día, tanto si tengo un día duro como si tengo un día radiante, mi frase es: HOY ESTOY DE BERTA! Porque Berta se ha convertido en aquella persona que me pone foco si no he tenido un buen día y aquella persona que llora conmigo de pura felicidad si yo estoy exuberantemente feliz, ya que conmigo los términos medios son complicados aún, pero oye, si algo sé, es que con voluntad y UNA BERTA EN TU VIDA el camino, aunque te parezca un camino sobre brasas encendidas, poco a poco se van apagando. Querido lector, mi camino aún es largo, pero no lo pienso demasiado, porque si lo pienso mucho soy incapaz de disfrutar de mis logros presentes. Y sí, de vez en cuando, miro a mi yo del pasado, le doy un fuerte abrazo, lloro con ella porque lo necesitamos las dos y le digo que hizo lo correcto y que yo me pienso encargar de avanzar a partir de ahora, que descanse que se lo merece. Entonces enciendo nuevamente mi ordenador, me digo que después de esa hora y de la resaca de dos días que me suele dejar esa hora, habré avanzado dos o tres cuadrados más en mi camino de baldosas amarillas, veo a Berta y entonces me dejo llevar. Simplemente Gracias. Sheila.
Sheila
Paciente
Encantada
5/5
Es una gran profesional. Desde el primer momento me ha transmitido seguridad, tranquilidad y nunca le falta la sonrisa siempre en la cara. Las sesiones con ella son super amenas y es capaz de empatizar contigo rapidamente.
Ellie A
Paciente
Recomendadísima 🙂
5/5
Decidí ir a terapia por que habían momentos de mi vida que me sentía desbordada, a nivel familiar y conmigo misma. No me costó dar el paso ya que siempre, en un momento u otro, he ido al psicólogo y soy muy partidaria de hacerlo sin que esté pasando un momento difícil en mi vida. Empecé con Berta hace 3 años casi y me sentí muy acogida, con un trato muy cercano y muy cómoda. Para mi el proceso que he hecho con Berta ha sido inesperado y muy fuerte ya que me siento otra persona desde entonces, aparte de corregir conductas mías, poder ver las cosas desde diferentes puntos de vista y así poder tener una tranquilidad que antes no tenía. Es emocionante pensar como pienso ahora y sentirme tan bien conmigo misma gracias a este proceso.
Nicole
Paciente
Me siento completamente agradecida
5/5
Es una gran profesional. Desde el primer momento me ha transmitido seguridad, tranquilidad y nunca le falta la sonrisa siempre en la cara. Las sesiones con ella son super amenas y es capaz de empatizar contigo rapidamente.
Ellie A
Paciente
Recomendadísima 🙂
5/5
Mi nombre es Adriana, tengo 23 años y soy estudiante de enfermería. Cuando acudí a Berta por primera vez lo hice porque quería aprender a gestionar bien mis emociones ya que me encontraba en una situación que no me había enfrentado nunca. También hacía un año que salí de tener problemas de la conducta alimentaria y pese a que creía que ya estaba bien, tenia miedo de volver a caer en esos hábitos. Probé llevar un diario donde escribía mis sensaciones y emociones del día, también escribía afirmaciones, probé el yoga, y si que es verdad que me ayudaron, pero, aun así, sentía que necesitaba la opinión y la ayuda de un profesional para que me guiase.
Adriana
Paciente
Me siento completamente agradecida.
5/5
Es una gran profesional. Desde el primer momento me ha transmitido seguridad, tranquilidad y nunca le falta la sonrisa siempre en la cara. Las sesiones con ella son super amenas y es capaz de empatizar contigo rapidamente.
Ellie A
Paciente
Recomendadísima 🙂
5/5